Hoy nos reunimos el miércoles 31
por ser festivo el jueves día 1 de noviembre (festividad de Todos los Santos) y
comentamos un libro que no deja indiferente a nadie, La cena, del holandés
Herman Koch, también adaptada al cine por el director Oren Moverman (2017). El
autor se inspiró para escribirla en algo que vivió estando de vacaciones en Barcelona, el crimen cometido por unos jóvenes de
buena familia que golpearon brutalmente y luego quemaron viva en un cajero a una indigente, María del
Rosario Endrinal. Este hecho le sirvió como escenario novelesco para escribir La cena (2005), en la que no indaga en el
crimen sino sobre las consecuencias.
El argumento brevemente es el siguiente:
dos hermanos, Serge y Paul (el narrador) comparten una cena en un restaurante de
lujo con sus esposas (Babette y Claire). Comienzan una charla intranscendente
(hablan de cine, de vinos, etc.), pero el motivo principal por el que se reúnen se
desvela ya avanzada la lectura y es que los hijos del matrimonio han
protagonizado un incidente criminal cuya
responsabilidad puede recaer en parte sobre los padres. El autor es original al
compartimentar la trama en bloques que se ajustan al contenido de un menú
(aperitivo, entrada, primer plato, segundo plato, postre, digestivo y propina),
imprimiendo un ritmo “in crescendo” a la acción que incita al lector a no
abandonar el libro hasta finalizar su lectura.
La novela aborda varios temas de
actualidad: el aborto, el racismo, los valores personales, las deficiencias del
sistema educativo… pero el eje central es el amor paterno-filial. Y basándonos
en esta última idea surge, una vez leída la novela, una pregunta crucial: ¿hasta dónde seríamos capaces de llegar para
encubrir a un hijo que ha cometido un terrible delito?
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