jueves, 30 de noviembre de 2017

Mejillones para cenar, de Birgit Vanderbeke


Curioso título el del libro que comentamos hoy en el club, pero de lo más acertado. Una reunión familiar en torno a un plato de mejillones recién cocinados a la espera de un padre que no llega a la cena, algo muy raro dada su obsesión por la puntualidad, es el punto de partida de esta novela corta pero suficiente para condensar la vida de una familia de alemanes del este huidos a la Alemania del oeste. Conforme los mejillones se van enfriando y arrugando, perdiendo su imagen suculenta, la conversación de la madre y los dos hijos en torno a ellos va adquiriendo un tono de reproche y rebeldía contra ese padre que no llega; lo que al principio parece la preparación de una mini fiesta para celebrar el ascenso profesional del padre deriva en una sesión terapéutica del resto, narrada en primera persona por la hija, que realiza un fugaz pero certero repaso de la historia de la familia que ayuda a comprender el porqué de esa conversación en torno a los mejillones y su desenlace final.

Birgit Vanderbeke nació en 1956; novelista alemana, nacida en Brandeburgo (estado y región histórica de la República Federal de Alemania) en 1956, y residente en Francfort desde 1963. Estudió primero Derecho y luego Literatura. Con la novela corta Mejillones para cenar ganó el premio Ingeborg Bachman en 1999, con lo que se dio a conocer internacionalmente. Hay en sus obras un tema recurrente; la tiranía y el despotismo dentro de la institución familiar, aunque en la mayoría de sus libros el mundo cotidiano pequeño-burgués está lleno de ironía y de humor.  Tiempos de paz (1998) y Alberta tiene un amante (1999), son sus últimas obras traducidas al castellano.

martes, 28 de noviembre de 2017

Mendel el de los libros, de Stefan Zweig



Continuamos con la actualización en el blog de libros que nos hemos leído en este club. El día 16 de noviembre comentamos “Mendel el de los libros” de Stefan Zweig. Como siempre, independientemente de la historia que nos cuente, es un verdadero placer leer a este autor, nunca decepciona. En otras entradas ya referimos su vida, concretamente cuando comentamos Novela de ajedrez, por lo que nos vamos a centrar a exponer someramente las impresiones que nos reportó la lectura del primero. El libro, breve pero intenso, cuenta la historia de una obsesión, la de Mendel, un librero judío que lleva tres décadas viviendo en Austria recibiendo a eruditos, estudiantes, bibliófilos en la mesa de un café, el Gluck, ajeno a todo lo que no se relacione con el mundo editorial, hasta tal punto que no se percata que una guerra se cierne sobre Europa ni de las consecuencias que conlleva. La figura del librero es una pieza más en el mobiliario del café y es el personal del mismo el que se ocupa de su manutención y  que ofrezca un aspecto medianamente respetable. Desde el punto de vista de un bibliotecario es una bibliografía humana; su cabeza recoge y almacena información de las características de cualquier libro, lugar de edición, etc., pero en muchos casos desconoce su contenido. No nos serviría para recomendar la lectura de un buen libro. Producto de la ignorancia de lo que ocurre en el mundo exterior y debido a una carta que recibe desde Francia la policía alemana lo arresta y lo envía a un campo de concentración. Este va a ser el principio de su declive como persona y librero. Cuando regresa al café nada es igual, ni él, ni el escenario donde pasó trabajando muchos años, ni el personal que atendía el café. Es en este momento cuando sientes pena por este personaje que ha vivido ajeno a la realidad volcado en sus libros. Zweig, con en esta sencillez y maestría al relatar, nos traslada a los ambientes que tan bien sabe dibujar y ubicarnos en el contexto histórico sin que nos perdamos en sus vericuetos. Siempre un placer leerlo.

Nosotras que nos queremos tanto, de Marcela Serrano

Actualizamos este blog con una  lectura que comentamos el día 2 de noviembre. Aunque no asistí a la tertulia los participantes me dieron cumplida información acerca de los que les pareció el libro. Esta novela la escribió Marcela Serrano a los 38 años de edad, consagrándose como escritora,  y  se publicó en 1991;  en 1994 obtuvo el Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que sirvió para consolidar su carrera literaria, y el Premio de la Feria del Libro de Guadalajara (México) a la mejor novela hispanoamericana escrita por una mujer.
El libro narra la vida y desventuras de cuatro mujeres chilenas que, a las puertas de la madurez y a orillas de un lago, dan curso sin inhibiciones al relato apasionado de sus historias personales. Situada en la reciente democracia chilena en 1990, Ana, María, Isabel y Sara nos hablan de la realidad de las mujeres en la sociedad del país.
Ana, la que queda más a la sombra y la más estable, es la narradora en primera persona. A lo largo de la novela va dando paso a diferentes historias en diferentes momentos. Cede su voz a sus amigas y a otras mujeres. Sólo en algún momento se convierte en protagonista. La que mayor protagonismo tiene en la historia es María, una “niña bien” rebelde, compleja, inadaptada, con una gran carga psicológica en su proceder. Pero también conoceremos la historia de Isabel, más tradicional, con cinco hijos y la de Sara, una mujer que crece entre mujeres, lo que la marca y la inclina a una lucha feminista.
Vidas marcadas a fuego por la experiencia socialista durante el gobierno de Salvador Allende y el golpe militar de 1973, pero también por la huella más íntima del amor y del dolor, el desengaño y la compasión. Los hilos de estas biografías están entrelazados con las vidas de otras mujeres —amigas, primas, hermanas—, planteando página a página los dilemas de la sumisión, la infidelidad y el matrimonio, el trabajo y el sexo.
Apagados el fragor de las utopías y la explosión del feminismo, Marcela Serrano ilumina la relación hombre-mujer desde una óptica femenina inédita y enfrenta sin concesiones los claroscuros de la condición existencial de la mujer.

La autora
Marcela Serrano nació en Santiago de Chile en 1951. Hija de la novelista Elisa Pérez Walker (Serrano en su apellido de seudónimo) y del ensayista Horacio Serrano, es la cuarta de cinco hermanas. Con dos de ellas vivió durante un año en París siendo estudiantes.
Ha estado siempre comprometida con la realidad política de su país, siendo militante de la izquierda, y es defensora de las reivindicaciones feministas porque, como ella misma afirma, definirse feminista es definirse ser humano.
Tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973, se exilió en Roma y regresó a Chile en 1977, entrando en contacto con grupos artísticos. Se licenció en grabado en la Universidad Católica y trabajó en diversos ámbitos de las artes visuales, en especial en instalaciones y acciones de arte como el Body Art, ganando un premio del Museo de Bellas Artes por un trabajo acerca de las mujeres del sur de Chile. Fue directora de la Escuela de Diseño de Santiago.
Marcela Serrano comenzó a escribir en 1985, a raíz de una crisis personal. Figura destacada de la nueva narrativa de América Latina, su nombre se asocia al llamado “boom” de las narradoras latinoamericanas, entre las que se encuentran la también chilena Isabel Allende, la cubana Zoé Valdés y la mexicana Ángeles Mastretta. La obra de Marcela Serrano tiene como eje temático y preocupación central la condición femenina, reflejando tanto su naturaleza como su insatisfacción y las dificultades con que topa para llegar a su realización en un mundo patriarcal.
Su segunda novela, Para que no me olvides (1993), alcanzó los primeros puestos de las listas de los libros más leídos en Latinoamérica; obtuvo por ella el Premio Municipal de Santiago al año siguiente.
En 1995 salió a la venta Antigua vida mía, novela ambientada en la ciudad de Antigua (Guatemala) que fue llevada al cine por el director argentino Héctor Olivera e interpretada por Cecilia Roth y Ana Belén. Por esta obra recibió en el año 2000 la condecoración Rafael Landívar, máxima distinción que otorga el municipio de Antigua a sus hijos ilustres. El albergue de las mujeres tristes (1998) transcurre en una residencia para mujeres con problemas en el sur de Chile. Nuestra Señora de la Soledad (1999) es en cambio una intriga policial protagonizada por una detective y una escritora cuyo marido ha desaparecido; el desarrollo del relato, sin embargo, excede el género negro para convertirse en una verdadera novela de aprendizaje.
En el año 2000 publicó un libro de relatos cortos titulado Mundo raro, en los que abordó temas como el aborto, la soledad y las miserias de la condición humana. Un año después quedó finalista del Premio Planeta, el mejor dotado económicamente en lengua española, con Lo que está en mi corazón, novela ambientada en el estado mexicano de Chiapas (en el que se produjo la revuelta zapatista) y protagonizada por una traductora que conoce el amor y toma conciencia de la necesidad de la lucha política. Entre sus últimos títulos destacan Hasta siempre, mujercitas (2004), La llorona (2008), Diez mujeres (2011) y Dulce enemiga mía (2013), libro de relatos cortos. Y por último La Novena, novela (2016).
Fuente: Club de lectura de La Coruña