jueves, 10 de enero de 2019

Barrio de Maravillas, de Rosa chacel




El 15 de noviembre escogimos para comentar en el club a esta autora porque queríamos homenajear a las mujeres olvidadas por la historia y que los proyectos documentales Las sin sombrero han contribuido a divulgar y recuperar el legado de estas artistas. Reproduzco aquí la breve biografía que en este documental se realiza de Rosa Chacel (Valladolid 1898-Madrid 1994):

Novelista española.

Su primera vocación fue la escultura, matriculándose en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. Abandonó esta primera vocación para convertirse en la principal novelista de esa generación, además de ensayista y articulista. Fue asidua de las tertulias dónde entabló amistad con Ortega y Gasset que le publicaría varios artículos en la revista de Occidente. El compromiso con la República la llevó al exilio primero en Suiza y luego en Brasil. A pesar de sus múltiples publicaciones en los años veinte y treinta, el exilio, le conllevó grandes dificultades económicas que le impidió proseguir su carrera literaria con total dedicación. Ya con sesenta años, obtuvo becas de fundaciones para terminar algunas de sus novelas, una de estas becas le permitió instalarse en Madrid y terminar una de sus obras más populares, Barrio de Maravillas. Rosa Chacel es sin duda una de las autoras más importantes de la cultura literaria Española.

“La realidad era yo en mi pequeñez, sin más arma que mi inteligencia, sin más capital que mi voluntad y mi perspicacia, mi capacidad de juicio para buscar mi propio destino”

Barrio de Maravillas, la primera novela de una trilogía que se completa con Acrópolis y Ciencias Naturales, narra la historia de dos niñas en el Madrid de principios del siglo XX, atrapando su mirada inocente sobre el mundo y dejando constancia de una época irrepetible en la que aún las vivencias no se han teñido de sombras.

Se trata de dos seres inocentes, en el sentido, precisa la autora, de no saber nada en absoluto de determinadas cosas, de centrarse en su propio ser, de ensimismarse en la cristalina campana de la infancia, donde todo suena con otro eco y destella con otra luz.

La novela, semi autobiográfica, nos muestra la generación espontánea del pensamiento de estas dos niñas, (en realidad una sola, ella misma), con su convulsivo continuo descubrir, en la intimidad de un monólogo interior desatado, exhaustivo, desarrollándose a trompicones, creciendo a medida que su circunstancia se modifica en torno a ellas.

Es el pensamiento de una jovencísima Rosa a quien vemos mirar el mundo desde un segundo plano, el plano de los contempladores, el de los que pueden luego llenar páginas tan bellas como éstas, porque han forjado su imaginación a fuerza de imagen y palabra. Es también un libro en el que los sentidos están presentes, la música, el color, los sabores...



Excesiva en su introspección, de difícil lectura por atropellada, esta novela, que es casi un ejercicio de estilo, un ejercicio ejemplar sin duda, es valioso por ese encontronazo continuo de cuando se es púber con la realidad, cuando se es aún tan maleable como para que todo cale hondo en nosotros y nos importe, porque es testimonio de creación continua de un pensamiento vivo, discursivo, intimista y que sólo fue capaz de cesar, según se lee, con la guerra.



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