jueves, 21 de septiembre de 2017

El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez




Hoy iniciamos la primera sesión de este curso 2017-2018 y lo hacemos a lo grande, con la lectura de El amor en los tiempos del cólera, una de las mejores novelas del Premio Nobel de Literatura de 1982,  Gabriel García Márquez.
El tema de la novela se puede resumir como la historia de un hombre (Florentino Ariza) y una mujer (Fermina Daza) que se aman desesperadamente y que no pueden casarse a los 20 años porque son demasiado jóvenes, ni tampoco a los 80, después de todas las vueltas de la vida, porque son demasiado viejos.
Ellos viven, se conocen, se enamoran y los separan y siguen viviendo cada uno su vida en una capital de provincia del Caribe colombiano. Fermina proviene de otro lugar, San Juan de la Ciénaga. Florentino, telegrafista aficionado a la poesía y al violín, romántico hasta las lágrimas, enamorado capaz de esperar pacientemente a su diosa coronada durante 51 años, 7 meses y 11 días con sus noches.
El triángulo ardiente lo cierra Juvenal Urbino, médico especializado en París con Adrian Proust (padre del famoso novelista Marcel Proust), a quien el destino designa sofocar la peste: la que azota a la ciudad y a Fermina Daza. Se casará con ella y vivirán juntos una larga,  monótona, dura (“NADA en este mundo es más difícil que el amor”) y tranquila vida en común, hasta el día de su muerte, ocurrida precisamente en el primer capítulo de la novela. Pero la novela es también la descripción de los prejuicios y la moral mentirosa de una ciudad caribeña a finales del siglo XIX y principios del XX, que muchos situarán y hasta confundirán con Cartagena de Indias. No lo es, según el propio autor, a pesar de algunas referencias más o menos concretas a su glorioso pasado colonial, sus barrios de la Manga y el muy antiguo de los Virreyes, su portal de los Escribanos y su plaza de los Coches, su otra plaza de la Catedral adornada con la estatua del Libertador y palmeras africanas y su cementerio de galeones, con la Capitana San José incluida, en el fondo de las aguas de la bahía. Aunque el espíritu de Cartagena y su morla sí impregnan  la ciudad imaginaria donde Florentino Ariza se consumirá a fuego lento en su amor por Fermina y  en la pasión inmoladora por todas las pajaritas, casadas o viudas o vírgenes, que arrasará durante medio siglo en su secreto oficio de amante desaforado. La novela va tejiendo sabiamente todos estos hilos a través de seis apretados capítulos siempre girando sobre sí mismos, en el último de los cuales veremos a Fermina y Florentino juntos y felices para siempre en el eterno viaje de un buque navegando por las aguas inmemoriales del río Magdalena.
Esta escena última del libro fue precisamente la primera imagen que de su historia tuvo García Márquez: una pareja de ancianos navegando en un buque. Una pareja de ancianos, felices en un buque, bailando en la cubierta. La imagen parece insólita, irreal, y sólo hasta cuando el lector la pueda leer comprobará todo lo que de genial y tierna tiene, gozará con ella, con ellos, y la aceptará fácilmente.
Fuente: Revista Diners

En 2007 se rodó una película homónima dirigida por Mikel Newell y protagonizada por Javier Bardem cuyo escenario es principalmente Cartagena de Indias y en la que participaron varios actores de origen hispano, que tenéis a vuestra disposición también en la Mediateca.