Hoy iniciamos la primera sesión de este curso
2017-2018 y lo hacemos a lo grande, con la lectura de El amor en los tiempos
del cólera, una de las mejores novelas del Premio Nobel de
Literatura de 1982, Gabriel García Márquez.
El tema de la novela se puede resumir como la historia
de un hombre (Florentino Ariza) y una mujer (Fermina Daza) que se aman
desesperadamente y que no pueden casarse a los 20 años porque son demasiado
jóvenes, ni tampoco a los 80, después de todas las vueltas de la vida, porque
son demasiado viejos.
Ellos viven, se conocen, se enamoran y los separan y
siguen viviendo cada uno su vida en una capital de provincia del Caribe
colombiano. Fermina proviene de otro lugar, San Juan de la Ciénaga. Florentino,
telegrafista aficionado a la poesía y al violín, romántico hasta las lágrimas,
enamorado capaz de esperar pacientemente a su diosa coronada durante 51 años, 7
meses y 11 días con sus noches.
El triángulo ardiente lo cierra Juvenal Urbino, médico
especializado en París con Adrian Proust (padre del famoso novelista Marcel
Proust), a quien el destino designa sofocar la peste: la que azota a la ciudad
y a Fermina Daza. Se casará con ella y vivirán juntos una larga,
monótona, dura (“NADA en este mundo es más difícil que el amor”) y tranquila
vida en común, hasta el día de su muerte, ocurrida precisamente en el primer
capítulo de la novela. Pero la novela es también la descripción de los
prejuicios y la moral mentirosa de una ciudad caribeña a finales del siglo XIX
y principios del XX, que muchos situarán y hasta confundirán con Cartagena de
Indias. No lo es, según el propio autor, a pesar de algunas referencias más o
menos concretas a su glorioso pasado colonial, sus barrios de la Manga y el muy
antiguo de los Virreyes, su portal de los Escribanos y su plaza de los Coches,
su otra plaza de la Catedral adornada con la estatua del Libertador y palmeras
africanas y su cementerio de galeones, con la Capitana San José incluida, en el
fondo de las aguas de la bahía. Aunque el espíritu de Cartagena y su morla sí
impregnan la ciudad imaginaria donde Florentino Ariza se consumirá a
fuego lento en su amor por Fermina y en la pasión inmoladora por todas
las pajaritas, casadas o viudas o vírgenes, que arrasará durante medio siglo en
su secreto oficio de amante desaforado. La novela va tejiendo sabiamente todos
estos hilos a través de seis apretados capítulos siempre girando sobre sí
mismos, en el último de los cuales veremos a Fermina y Florentino juntos y
felices para siempre en el eterno viaje de un buque navegando por las aguas
inmemoriales del río Magdalena.
Esta escena última del libro fue precisamente la
primera imagen que de su historia tuvo García Márquez: una pareja de ancianos
navegando en un buque. Una pareja de ancianos, felices en un buque, bailando en
la cubierta. La imagen parece insólita, irreal, y sólo hasta cuando el lector
la pueda leer comprobará todo lo que de genial y tierna tiene, gozará con ella,
con ellos, y la aceptará fácilmente.
Fuente: Revista Diners
En 2007 se rodó una película homónima dirigida por
Mikel Newell y protagonizada por Javier Bardem cuyo escenario es principalmente
Cartagena de Indias y en la que participaron varios actores de origen hispano,
que tenéis a vuestra disposición también en la Mediateca.