jueves, 21 de abril de 2016

Los restos del día, de Kazuo Ishiguro



Kazuo Ishiguro, escritor inglés, nació en Nagasaki, Japón, en 1954. En 1960 su familia se traslada al sur de Inglaterra donde realiza sus estudios y comienza su ascendente carrera como escritor, llegando a ser hoy uno de los escritores contemporáneos más importantes de Europa, con sus obras traducidas a varios idiomas.
En Los restos del día Ishiguro nos muestra la Inglaterra de la posguerra, en 1956, aprovechando las reflexiones que un mayordomo inglés, Stevens, realiza a lo largo de un viaje que discurre por unos paisajes idílicos de este país culminando en Cornualles. Stevens intercala las impresiones que le produce este viaje con los recuerdos de su ejercicio como mayordomo al servicio de Lord Darlington, su patrón durante muchos años, fallecido recientemente y cuya mansión ha sido adquirida por un estadounidense, Mister Farraday, de personalidad y costumbres bien distintas. Ishiguro nos muestra a un mayordomo en extremo comprometido con su trabajo y con su patrón, un personaje obsesionado por ostentar “la dignidad” tan apreciada en un buen mayordomo. Pero, ¿qué pasa cuando el mayordomo es más digno que su señor? Destacamos también la descripción detallada que se realiza del paisaje que va descubriendo Stevens en su viaje haciéndonos sentir junto a él lo impactante que resulta la contemplación de esos parajes y sus gentes.
Esta novela fue adaptada al cine por el director James Ivory en 1993 con el título Lo que queda del día, que si no habéis visto os recomendamos, sobre todo por la magnífica interpretación de los dos principales personajes de la novela, el mayordomo y el ama de llaves, interpretados por Anthony Hopkins y Emma Thompson respectivamente. La podéis encontrar en nuestra Mediateca.

miércoles, 6 de abril de 2016

La larga vida de Marianna Ucria, de Dacia Maraini





En la literatura italiana, algunas veces se ha englobado bajo el epígrafe de “generación de los años treinta” a un grupo heterogéneo de escritores cuyo único denominador común es haber nacido en esa década del siglo XX, puesto que sus tendencias literarias no guardan demasiada semejanza. Son cosas de la crítica, muy amiga de clasificaciones. En ella se incluyen, entre otros, los ensayistas Claudio Magris y Vincenzo Consolo, Valentino Zeichen, Alda Merini y el mucho más popular fuera de Italia Umberto Eco.
A esa generación pertenece igualmente la novelista Dacia Maraini (Fiesole, 1936), cuya vida ha estado dedicada a la Literatura desde que, a los veintiún años, fundase junto a otros jóvenes la revista Tempo di letteratura y empezase a colaborar en otras publicaciones como Nuovi argomenti (de la que llegaría a ser directora).
Sus primeras novelas aparecieron a principios de los años sesenta: La vacanza y La edad del malestar. Al tiempo, iniciaba una relación con el también escritor Alberto Moravia que duraría hasta 1978. Por entonces, pasó un tiempo dedicada al teatro, para el que escribió varias obras aunque no por ello interrumpió su labor narrativa: Memorias de una ladrona,  Mujeres en guerra e Historia de Piera fueron publicadas en esa época y, más tarde, llevadas al cine. En todas ellas destacan las preocupaciones sociales de la autora y su interés por indagar en la situación de la mujer a lo largo de la Historia.
A este último rasgo responde en buena medida La larga vida de Marianna Ucria, ambientada en la Sicilia del siglo XVIII y cuya protagonista es una creación magistral. Marianna, una joven sordomuda, pertenece a una aristocrática familia y está destinada a casarse con quien ésta le ordene o a la clausura. En consecuencia, a los trece años es llevada al matrimonio con un tío suyo.
Sin embargo, al no poder oír ni hablar, ha tenido que aprender a leer y escribir para expresarse. Y, asfixiada en su vida de casada, encuentra una salida en la lectura de libros que le enseñan lugares y gentes que nunca conocerá. Incluso se enamora, provocando un auténtico escándalo. La novela, que obtuvo el Premio Campiello y fue traducida a dieciocho idiomas, está muy bien escrita, con una prosa musical que parece envolver al lector. También fue llevada al cine en 1997 por el director italiano Roberto Faenza con Emmanuelle Laborit en el papel de Marianna.

Fuente: Galaxia Gutenberg

Si queréis saber más sobre la autora, os recomendamos la lectura de este artículo de Pablo Ordaz: Dacia Maraini, la escritora que no calla.