jueves, 22 de octubre de 2015

La pasión última de Carlos V, de María Teresa Álvarez

En esta ocasión comentamos una novela histórica, la primera incursión en la ficción de su autora, María Teresa Álvarez, conocida divugadora de temas históricos (directora, por ejemplo, de la serie documental Mujeres en la historia, de TVE). La novela se publicó en 1999, al hilo de la conmemoración del V centenario del nacimiento de Carlos V en el año 2000; posteriormente le han seguido otras biografías noveladas protagonizadas por mujeres, como Isabel II. Melodía de un recuerdo, El secreto de Maribárbola, Madre Sacramento, El enigma de Ana, Ellas mismas. Mujeres que han hecho historia contra viento y marea, La comunera de Castilla, Catalina de Lancaster o La infanta Paz de Borbón.

La obra se centra en dos mujeres: por un lado, Bárbara Blomberg, dama alemana hija de un burgués de Ratisbona, que  conoció en 1546 al emperador Carlos V y cuya relación con él supuso el nacimiento en  1547 de don Juan de Austria, reconocido hijo bastardo del emperador; por otro, Ana de Austria, su nieta e hija, también bastarda, de don Juan. A través de unas cartas dirigidas a su nieta por esta mujer de carácter independiente y vida turbulenta conocemos la última pasión del emperador en su madurez, pero también ciertos entresijos políticos de la dinastía Habsburgo, con un claro protagonismo de las figuras femeninas, que son el verdadero eje del relato. A su vez, la vida de Ana se refleja en tres momentos concretos, 1617, 1621 y 1629, y nos permite conocer las costumbres  y  normas sociales del momento, durísimas con  los hijos ilegítimos, especialmente con las mujeres.

Os dejamos el enlace a la reseña que en su momento hizo El cultural de la obra:  http://www.elcultural.com/revista/letras/La-pasion-ultima-de-Carlos-V/18310



jueves, 8 de octubre de 2015

El lugar de un hombre, de Ramón J. Sender.

La primera lectura de este otoño es la segunda obra que publicó Sender en su exilio mexicano y suponemos que no os habrá dejado indiferentes; seguro que habéis reconocido las similitudes de la historia con el famoso "crimen de Cuenca" y es que, efectivamente, el autor se basó en este hecho histórico, del que tenía buenos conocimientos porque lo había tratado en varios reportajes en El Sol en 1926, pero ligó esta historia con otra ocurrida en su tierra natal cuando era niño, la huida al monte de un hombre marginado y despreciado por sus vecinos.

En la novela, además de la evidente denuncia de la injusticia y la brutalitad, hay muchas cosas más: el caciquismo omnipresente, el papel de la Iglesia,  la miserable vida de los campesinos, la existencia de dos bandos irreconciliables que anticipa la guerra civil, la división social... Todo ello descrito con un realismo crudo, sin adornos, pero con algunas pinceladas poéticas; los personajes se describen de manera rápida pero están perfectamente perfilados. En toda la obra está también presente la vida campesina, la naturaleza, respondiendo a las hondas raíces rurales del autor. Pero por encima de todo está la afirmación de la importancia del individuo, por insignificante o humilde que parezca, en el conjunto de la sociedad, y la denuncia de la marginación y la exclusión. Ello responde plenamente al ideario anarquista de Sender, que dijo de esta novela  que "es simplemente un alegato a favor del sentido universal de la presencia del hombre por el hecho de ser hombre, por el mero hecho de haber nacido". De hecho, cambió el título inicial de la obra para recalcarlo, pues el nombre de la primera edición era El lugar del hombre.