Aunque la acción principal de la novela se sitúa en la
Alemania actual, su desarrollo nos transporta hasta la década de los 70, una
época de gran agitación social, de revueltas estudiantiles, y de lucha
antiimperialista y anticapitalista, con una narración de hondo calado moral.
Jörg, un antiguo integrante de la banda Baader
Meinhoff o Facción del Ejército Rojo, organización terrorista revolucionaria de
la izquierda más radical de la República Federal Alemana, que cumple
condena desde hace más de 20 años por sus acciones terroristas, entre las que
figuran cuatro asesinatos, es indultado por el Presidente alemán. Su hermana,
Christiane, le está esperando a la salida de prisión. Ha decidido llevarle a
pasar el fin de semana al campo, a un caserón aislado de su propiedad que ha
comprado junto con su amiga Margarete. Una casa peculiar por su mal estado, que
no dispone ni de agua corriente, ni electricidad, ni calefacción, donde va a
reunir a algunos de los antiguos amigos de su hermano para pasar el fin de
semana todos juntos.
Y bajo ese escenario se desarrollará toda la acción.
Un lugar aparentemente abierto, sin fronteras, pero que por su aislamiento se
convierte para los protagonistas en un lugar enclaustrado. La vida ha llevado
por diferentes caminos a cada uno de los allí reunidos, aquellos jóvenes
revolucionarios que en su momento compartieron ideas y acciones políticas allá
por la década de los 70. Una maestra, un empresario, un periodista, una
religiosa protestante, un abogado, algunos de ellos han formado una familia,
pero todos abandonaron hace mucho la lucha política sin llegar a los extremos
violentos que llevaron a su amigo hasta prisión.
Durante este breve reencuentro de tres días, viernes,
sábado y domingo, que les transportará a sus años de juventud de ideas utópicas
y luchas por conseguir una sociedad justa, hablaran, comentarán y discutirán
sobre sus sueños en común, sus acciones conjuntas y también de las acciones
llevadas a cabo por Jörg mucho más allá de la legalidad, la ética y la
moralidad. El recuerdo y la amistad están muy presentes a lo largo de toda la
narración, pero también el olvido, el rencor, e incluso el odio.
Una novela que más que reflexionar sobre estas
cuestiones, invita al lector a la reflexión, a que sea él quien determine los
límites a establecer, sin excederse en ningún momento en la crueldad de la
realidad que nos cuenta, lo que es muy de agradecer.
Una obra que, aunque se desarrolla con cierta
lentitud, no llega a aburrir. El autor maneja con soltura las historias de cada
uno de los protagonistas, entretejiéndolas de tal manera que mantiene la
curiosidad del lector.
Fuente: http://www.bibliofiloenmascarado.com