martes, 23 de octubre de 2018

Señora de rojo sobre fondo gris, de Miguel Delibes



El libro que hemos comentado hoy en el Club de Lectura Matinal lo escribió Delibes tras el fallecimiento de su esposa Ángeles de Castro, figura imprescindible en su vida. Con un marcado sentido autobiográfico narra, en clave de monólogo,  la vida de un pintor (Nicolás) que se ve sumido en una profunda tristeza y melancolía tras la muerte de su mujer después de padecer una larga enfermedad. Un relato impregnado de la evocación del amor perdido y de un profundo y persistente miedo a la muerte. Delibes en unas declaraciones confiesa este temor: «El presentimiento del dolor —dice Delibes—, ese tremendo sufrimiento cuando se te muere alguien muy cercano. De mi propia muerte, lo único que me preocupa es el hecho físico de morir: me gustaría que fuese de un modo rápido y en mi cama. […] [Mi amargura precoz] supongo que será una herencia neurótica como tantas otras cosas. Lo cierto es que la muerte para mí era una obsesión. Y no sólo como posible protagonista de esa muerte» («Miguel Delibes. Un castellano de tierra adentro», entrevista por Joaquín Soler Serrano, Escritores a fondo. Entrevistas con las grandes figuras literarias de nuestro tiempo, Barcelona, Editorial Planeta, 1986, p. 19). 
La novela es todo un canto al amor, al gran amor, ése que permanece más allá de la muerte y una auténtica reivindicación de un concepto del amor que no está de moda, pero con el que seguimos soñando casi todos. 
Para el escritor su compañera y madre de sus siete hijos fue una presencia permanente hasta el final. Ella, según sus propias palabras, era su "equilibrio, la mejor mitad de mí mismo". Ella fue quien le estimuló en sus lecturas, quien le animó a escribir y quien le alentó a presentarse al Premio Nadal, que ganó con La sombra del ciprés es alargada cuando apenas era un titubeante aprendiz de escritor que estaba lejos de saber que iba a ser uno de los grandes nombres de las letras españolas.




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