jueves, 19 de octubre de 2017

La Feria, de Rodrigo Rubio



El Instituto de Estudios Albacetenses recupera y difunde esta excelente novela corta de Rodrigo Rubio galardonada con el Premio Ateneo de Valladolid en 1968. Con una edición muy cuidada a cargo del investigador albaceteño Manuel Cifo,  el libro nos remonta a la historia de la feria de Albacete en la época de la posguerra española dibujando un fresco muy detallado del ambiente y tradiciones que configuraban la feria de entonces. En forma de monólogo interior el relato es ágil y rico en detalles abundando en descripciones de costumbres y labores propias del campo acompañadas de un vocabulario local para designar aperos, cultivos, tareas y expresiones propias de los lugareños. La tristeza y congoja que invade a un padre que ha perdido a su hijo es el eje central de este relato, en el que ante su tumba rememora el tiempo pasado con él y lo que acontece hasta llegar al momento de su muerte.
Rodrigo Rubio nació en  Montalvos, Albacete, en 1931 y falleció en Madrid en 2007.  De formación autodidacta, vivió en Francia desde 1950 hasta 1958. De regreso a  España residió en Madrid donde se dedicó a la literatura además de traducir obras del alemán, el búlgaro y el checo. De sus 40 obras publicadas, destacan las novelas Un mundo a cuestas (1961); Equipaje de amor para la tierra (1965), por la que obtuvo el Premio Planeta de ese año; La espera (1967); La sotana (1978); El gramófono (1974); Álbum de postguerra (1977); Agonizante sol (1972); Cuarteto de máscaras (1976); La silla de oro (1978); Cayetana de Goya (1979); Memoria de pecado (1979) y Banco de Niebla. Entre los cuentos figuran Papeles amarillos en el arca (1979) y, entre sus ensayos, La deshumanización del campo (1966); Minusválidos (1971); Radiografía de una sociedad promocionada; Francisco Lozano (1973), Crónicas de andar y ver (1973) y Albacete, tierras y pueblos (1983). Además del Planeta, obtuvo los premios Gabriel Miró en dos ocasiones, en 1961 y 1975; el Ateneo de Valladolid (1962); Selecciones de Lengua Española (1963); Guipúzcoa (1964); La Estafeta Literaria (1969); Álvarez Quintero (1970), de la Real Academia Española; Jauja (1971); Novela y Cuentos (1975); Graciano Atienza -de periodismo- (1976) y Castilla-La Mancha (1985). En marzo de 1988 consiguió, en la XXI edición del Premio Hucha de Oro, la Hucha de Plata por su cuento Aproximación a la tristeza, y fue finalista en el IV Premio Internacional de Novela Plaza y Janés por Los abrojos. En febrero de 1990 fue galardonado con el Premio Hucha de Oro de novela por su obra Área de servicio, una historia ambientada en una autopista del Mediterráneo. También colaboró en el ABC y en Radio Nacional. Estaba casado con la escritora Rosa Romá.
Si os interesa leer algo más de él, en la biblioteca tenemos una amplia muestra de su obra: goo.gl/fYJuQ2

jueves, 5 de octubre de 2017

Muerte en Lima y otros relatos, de Miguel Ángel Molina Jiménez



 

En la sesión de este jueves comentaremos un libro de relatos del autor albaceteño Miguel Ángel Molina Jiménez titulado Muerte en Lima y otros relatos. Agradecemos que el autor se haya prestado a compartir con nosotros las impresiones que este libro nos ha despertado y deseamos que la experiencia del encuentro con estos ávidos lectores le sea fructífera.

El libro fue presentado por el propio autor en esta biblioteca con mucho éxito y gran acogida; explicó cómo se inició en la escritura de relatos y nos descubrió los temas que desarrolla en ellos. Merecedor de los numerosos premios que ha recibido destaco especialmente el Premio Platero 2013 con el que fue galardonado el relato que da título al libro y que concede el Club del Libro en Español de  las Naciones Unidas en Ginebra. El comentario lo reproduzco textualmente de la página del diario de este Club:

La elección de los cuentos ganadores se ha basado, entre otros criterios, fundamentalmente en el estilo, la calidad narrativa, el ritmo, los sentimientos transmitidos, la originalidad del relato y el desenlace. Todo lo anterior confluye en la obra ganadora del Premio Platero 2013, «Muerte en Lima», de Don Miguel Ángel Molina Jiménez, que narra en tres actos (Tercio de varas, Tercio de banderillas y Tercio de muerte) los acontecimientos que experimenta un matador español obligado a emigrar a Perú por falta de reconocimiento en su país. El autor nos introduce con maestría en una historia que describe los sórdidos lugares que el matador se ve obligado a frecuentar («Hundido en un catre de metal viejo y oxidado el torero había pasado la noche encogido, plegado como un capote, tratando de impedir que el calor saliera del cuerpo»), así como los siniestros personajes con los que va a compartir su experiencia.

Los sentimientos afloran brevemente en el segundo acto con el recuerdo de su familia «abandonada» en España («Era entonces cuando los dedos se le iban a la cartera y sacaba un retrato de familia que se apretaba contra el pecho, como si así pudiera adelgazar el océano hasta convertirlo en el fino hilo de agua que le brotaba de los ojos»).

La historia nos sorprende en su último acto no por un inesperado desenlace, que ya se anuncia fatal, sino por la autoría de quien lo provoca. En suma, es un relato que despierta y mantiene el interés, además de representar un placer añadido al lector por la calidad de su escritura.

¡Os deseo un grato encuentro!




jueves, 21 de septiembre de 2017

El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez




Hoy iniciamos la primera sesión de este curso 2017-2018 y lo hacemos a lo grande, con la lectura de El amor en los tiempos del cólera, una de las mejores novelas del Premio Nobel de Literatura de 1982,  Gabriel García Márquez.
El tema de la novela se puede resumir como la historia de un hombre (Florentino Ariza) y una mujer (Fermina Daza) que se aman desesperadamente y que no pueden casarse a los 20 años porque son demasiado jóvenes, ni tampoco a los 80, después de todas las vueltas de la vida, porque son demasiado viejos.
Ellos viven, se conocen, se enamoran y los separan y siguen viviendo cada uno su vida en una capital de provincia del Caribe colombiano. Fermina proviene de otro lugar, San Juan de la Ciénaga. Florentino, telegrafista aficionado a la poesía y al violín, romántico hasta las lágrimas, enamorado capaz de esperar pacientemente a su diosa coronada durante 51 años, 7 meses y 11 días con sus noches.
El triángulo ardiente lo cierra Juvenal Urbino, médico especializado en París con Adrian Proust (padre del famoso novelista Marcel Proust), a quien el destino designa sofocar la peste: la que azota a la ciudad y a Fermina Daza. Se casará con ella y vivirán juntos una larga,  monótona, dura (“NADA en este mundo es más difícil que el amor”) y tranquila vida en común, hasta el día de su muerte, ocurrida precisamente en el primer capítulo de la novela. Pero la novela es también la descripción de los prejuicios y la moral mentirosa de una ciudad caribeña a finales del siglo XIX y principios del XX, que muchos situarán y hasta confundirán con Cartagena de Indias. No lo es, según el propio autor, a pesar de algunas referencias más o menos concretas a su glorioso pasado colonial, sus barrios de la Manga y el muy antiguo de los Virreyes, su portal de los Escribanos y su plaza de los Coches, su otra plaza de la Catedral adornada con la estatua del Libertador y palmeras africanas y su cementerio de galeones, con la Capitana San José incluida, en el fondo de las aguas de la bahía. Aunque el espíritu de Cartagena y su morla sí impregnan  la ciudad imaginaria donde Florentino Ariza se consumirá a fuego lento en su amor por Fermina y  en la pasión inmoladora por todas las pajaritas, casadas o viudas o vírgenes, que arrasará durante medio siglo en su secreto oficio de amante desaforado. La novela va tejiendo sabiamente todos estos hilos a través de seis apretados capítulos siempre girando sobre sí mismos, en el último de los cuales veremos a Fermina y Florentino juntos y felices para siempre en el eterno viaje de un buque navegando por las aguas inmemoriales del río Magdalena.
Esta escena última del libro fue precisamente la primera imagen que de su historia tuvo García Márquez: una pareja de ancianos navegando en un buque. Una pareja de ancianos, felices en un buque, bailando en la cubierta. La imagen parece insólita, irreal, y sólo hasta cuando el lector la pueda leer comprobará todo lo que de genial y tierna tiene, gozará con ella, con ellos, y la aceptará fácilmente.
Fuente: Revista Diners

En 2007 se rodó una película homónima dirigida por Mikel Newell y protagonizada por Javier Bardem cuyo escenario es principalmente Cartagena de Indias y en la que participaron varios actores de origen hispano, que tenéis a vuestra disposición también en la Mediateca.



 

miércoles, 14 de junio de 2017

La sala número seis, de Anton Chéjov



Hoy, 14 de junio, nos despedimos hasta el próximo curso. El resultado global ha sido muy satisfactorio. Hemos leído buenos libros (bueno… algunos más flojos, lo reconozco), las reuniones, en muchos casos, se han convertido en foros de debate dignos de comparar con las mejores sesiones del Congreso y, sobre todo,  hemos recibido a nuevos compañeros que han enriquecido este grupo ya de por sí inmejorable. Bienvenidos y gracias a todos por este fructífero año.
Para terminar hemos  leído una novela corta del maestro Chéjov: La sala número seis, breve pero intensa en su contenido. El escritor-médico nos adentra en las miserias y corrupciones de un manicomio ruso dejado de la mano de Dios en el que los funcionarios y personal del servicio muestran los mismos vicios y deficiencias organizativas que los que gestionan algunos establecimientos públicos actuales. Nada cambia, el ser humano tiende inercialmente a la vagancia y al deterioro moral (sí, se salvan algunos, todo hay que decirlo). El protagonista de este libro, el médico Andrei Efimich, que vive instalado en una confortable rutina, de la consulta a su casa, sin intentar cambiar nada del hospital que regenta debido a su espíritu poco combativo y a su tendencia a pensar que las cosas suceden se haga lo que se haga para modificar su devenir, ve alterada su existencia cuando casualmente visita la sala de los locos y mantiene serias conversaciones filosóficas  con uno de ellos. Descubierta esta relación médico-paciente por otro doctor y malversando el trasfondo de la misma, entre las autoridades y la organización del hospital arguyen un plan para desprestigiar a Andrei y declararlo incompetente para su oficio y alienado como sus pacientes. El desenlace del relato, desconcertante pero ineludible, aparece preludiado por una descarnada frase del médico protagonista:
“Mi enfermedad consiste únicamente en que en 20 años no he encontrado más que a una persona inteligente en todo el pueblo, y ése es un verdadero lunático”.

​Anton Chéjov nació en Taganrog, puerto principal del Mar de Azov, un 29 de enero de 1860. A los 24 años se hizo médico. En 1886, Chejov se entregó a la literatura. Entre estas dos grandes vocaciones discurrió su vida. “La medicina es mi esposa legítima y la literatura mi amante. Cuando me aburro de una, paso la noche con la otra. Puede parecer escandaloso, pero no es monótono y, además, ninguna sufre por mi infidelidad”.
Escribió más de doscientos cincuenta cuentos y novelas cortas y fue un extraordinario dramaturgo. La gaviota (1896), El tío Vania (1898), El jardín de los cerezos (1904), y Tres hermanas son sus piezas teatrales más memorables.
Antón Chéjov murió prematuramente, a la edad de 44 años, en Badenweiler, Alemania, el 15 de julio de 1904, víctima de la tuberculosis que había contraído a la edad de 20 años. Se cuenta que cuando el doctor que le atendía quiso poner una bolsa de hielo sobre el pecho, exclamó: “No se pone hielo sobre un corazón vacío”. Sus últimas palabras fueron “Ich sterbe” (Me muero). Las pronunció en alemán, idioma que no hablaba. Pidió una copa de champaña, la bebió y expiró.
Fuente: http://www.editorialeneida.com/

Nos despedimos deseando a todos un feliz verano, que seguro que aprovecháis para leer. ¡Nos vemos en septiembre!



lunes, 29 de mayo de 2017

Lo peor de cada casa, de Tom Sharpe

De vez en cuando hay que leer un libro que nos haga reír (o al menos sonreír a los más siesos). Este libro, disparatado e irreverente donde los haya, subversivo, que dinamita los convencionalismos sociales y nos descubre que nadie (por muy alto estatus que ostente) está libre de vicios, nos despliega un desolador panorama de ambición, codicia e inoperancia en la sociedad inglesa inmersa en la era post-thatcherista. La corrupción de los políticos y afines españoles es un mero edulcorante (lo que conocemos) comparada con la que se evidencia en la época inglesa que constituye el marco temporal de este libro. Intrigas semimafiosas entre miembros de la policía y las altas esferas políticas junto con un falso puritanismo y un fanatismo religioso conforman el ambiente en el que se desarrolla la acción del libro. Una locura tras otra que conduce hacia un desenfreno absoluto a partir de la desaparición de un yuppie de buena familia.
El protagonista, Timothy Bright, miembro de la familia Bright, por su apellido, ya que no por méritos propios pues es totalmente inútil, ocupa su sitio en la sociedad entrando a trabajar en la City londinense. De lo tonto que es no hay dudas y nos vamos enterando a lo largo de esta primera parte. La economía del país se hunde y con ella el joven Timothy, que busca refugio en casa de un pariente. Lo que ocurre a partir de ahí es una loca montaña rusa; Timothy termina un viaje alucinante en el condado de Twixt y Tween donde sus aventuras se suceden. Allí encontramos otras muestras de tontos de remate: un cuerpo de policía corrupto, donde tienen a gala las condenas que consiguen preparando pruebas falsas y metiendo en la cárcel a personas inocentes, dirigido por el comisario jefe sir Arnold Gonders nombrado personalmente por la Dama de Hierro, con una particular forma de resolver problemas y tapar escándalos; la familia Midden, restos de los funcionarios del imperio que han vuelto de las “colonias” arruinados pero con las ínfulas de los explotadores, estúpidos y arrogantes. En resumen, como dice el título lo peor de cada casa.