Vargas Llosa, escritor: innovación y testimonio
Desde la obtención del
Premio de la Crítica española, en 1963 con sólo 24 años, por su primera novela La
ciudad y los perros, hasta la
concesión de Premio Nobel de Literatura en Octubre de 2010, la publicación, en
Noviembre de ese mismo año, de la esperada El sueño del celta y su novela Cinco
esquinas (2016), incontables son los galardones recibidos por el
escritor peruano Mario Vargas Llosa, como inconmensurables son los lectores que
han disfrutado y enriquecido sus vidas, leyendo sus obras.
Tres son, al menos, las constantes
estilísticas que han hecho GRANDE su literatura e IMPRESCINDIBLE su lectura:
En primer lugar, un soporte temático
socio-político y testimonial, al que aportan urdimbre y complejidad el
magistral dominio de las técnicas narrativas innovadoras de estirpe
cinematográfica, como la construcción en paralelo, y contrapunto, de historias
entrecruzadas, con pluralidad de perspectivas y zigzagueante temporalidad.
En segundo lugar, la atractiva
sugestión de elementos erótico-sentimentales, procedentes del melodrama; la
agilidad elíptica y documental del periodismo, y el avance suspensivo de los
clásicos, aprendizaje asimilado en su vocación de lector apasionado y en su
admiración crítico-ensayística por los fabuladores de excepción, desde
Joanot Martorell, Cervantes y Tolstoi, a Víctor Hugo, Flaubert y García
Márquez.
Por último, sobrevolando e impregnando
los ingredientes anteriores, su impronta personal: el virtuosismo camaleónico y
la capacidad desbordante para crear multiplicidad de inquietantes situaciones y
dotar de voz a personajes únicos, irremplazables e inolvidables, entes de
ficción o seres reales, extraídos de la vida o de la historia. Indelebles
permanecen en nuestra memoria de lectores de Vargas LLosa, entidades como el
poeta y el esclavo de La ciudad y los perros, Pichula Cuéllar
y Teresita en Los cachorros, La Chunga y Lituma de La casa
verde; Zavalita y Ambrosio en Conversación
en La Catedral; el escribidor y la tía Julia, el hablador y
Mascarita, Gauguin y Flora Tristán...; el dictador Trujillo, el Turco, el
doctor Balaguer..., Urania Cabral.
La fiesta del Chivo (Alfaguara, 2000)
La fiesta del Chivo, novela multi-editada, celebrada por la crítica
y elogiada por sus fascinados lectores,
llevada al cine en 2005..., constituye un compendio ilustrativo, relevante, de los
rasgos definitorios, recurrentes en la narrativa de Mario Vargas Llosa.
Novela-testimonio, sustenta su eje
temático-argumental en la reconstrucción histórico-política, documentada, de la
Dictadura de Leónidas Trujillo, el Chivo, y su caída; la conjura y el atentado
mortal, la ensañada represión posterior y la transición a la democracia en la
República Dominicana.
Estructuran la historia tres hilos
narrativos, construidos en contrapunto, con alternancia de voces y tiempos:
Al
inicio de la novela, la voz de Urania Cabral, una de las innumerables víctimas
del General Trujillo y sus abyecciones, en su regreso a Santo Domingo, tras más
de treinta años de ausencia. Con sus recuerdos obsesivos, su náusea al evocar el nefando episodio que
ha marcado su vida, se nos desvelan comportamientos depravados, y perversiones,
del Chivo, su familia y entorno.
Retrocedemos a 1961 para conocer el último
día del Tirano, desde su despertar. Se nos muestran, en su voz interior, su
rutina diaria, sus manías y miserias más íntimas; su vida, pública y privada, y
la de sus colaboradores más cercanos; sus desmanes y atropellos, la
deshumanización aniquiladora del Régimen..."la
larga mano de Trujillo"
Por último, el tercer bloque narrativo y climax del
relato, el atentado y sus secuelas. La gestación del complot, en la voz de los
ejecutores, sus biografías y los motivos ineludibles de los conspiradores,
aplastados y vejados por la despótica Dictadura; la feroz persecución y
brutales torturas, tras el magnicidio; las hábiles maniobras del presidente
Balaguer para la consecución del tránsito a la Democracia, auspiciada por los
Estados Unidos.
Todo este entramado narrativo y
complejidad estructural, sumados a la
notoria habilidad de Mario Vargas Llosa para recrear personajes, situaciones y
ambientes, con el valor añadido de su estilo ágil, poliédrico y envolvente, capaz
de mantener suspendido al lector, hacen de "La
fiesta del Chivo" un modelo de narración, y una muestra más del
talento, indiscutible, del escritor peruano, Premio Nobel de Literatura, 2010,
en lengua castellana.
Charo López López
Tras este completísimo comentario de nuestra compañera Charo, solo nos queda animaros a ver la película del mismo nombre (la tenemos en la Mediateca), de Luis Llosa, con Isabella Rossellini, Tomás
Milián y Juan Diego Botto, y otro film, En el tiempo de las mariposas, dirigido por el español Mariano Barroso e interpretado por Salma Hayek, que narra la historia de las cuatro hermanas Mirabal.
Os recomendamos, como no, la lectura de otras obras de Vargas Llosa que tenemos en la biblioteca y que podéis ver aquí.
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