Siguiendo el ejemplo de otros clubes de lectura de la biblioteca, inpirados por el club Baobab, dedicado específicamente a la literatura africana, hoy comentaremos Las que aguardan, un libro que despierta inquietud y malestar, pero al mismo tiempo provoca empatía con aquellas mujeres que también
son víctimas del proceso de migración generalizada que se desarrolla entre
África y el mundo occidental. Fatou Diome, emigrante senegalesa que se casó con
un trabajador francés a los 22 años, lo que le permitió salir de su país, nos
detalla como testigo de primer orden el drama de la emigración, no sólo al
describir el viaje saturado de obstáculos de los jóvenes que se marchan de las
aldeas buscando un futuro incierto pero en esos momentos esperanzador (por los
referentes que tienen de otros emigrados), sino centrando el relato, sobre
todo, en la realidad que viven las madres y esposas que se quedan (aguardan) y
anhelan el regreso de los suyos, confiadas en que la aventura de estos hombres
va a cambiar su miserable vida. El libro profundiza en las condiciones de
subsistencia que rodean a las familias, el hándicap diario de las mujeres de
conseguir algo de comida para su numerosa prole y cómo la tradición y las
costumbres tribales se convierten en una lacra, un peso que las obliga a hacer
lo que está mandado: servir a la suegra,
honrar al marido, trabajar sin descanso y, ante todo, ser obedientes.
En este relato la autora
aprovecha para dejar clara su postura acerca de ciertos temas: los
microcréditos, el machismo, la poligamia (que rechaza), las políticas
migratorias internacionales afirmando incluso que “el capitalismo humanitario
no existe”. Su experiencia como emigrante le da base suficiente para ser
rotunda en sus críticas siendo una privilegiada al saber leer y escribir y
poder contar lo que sucede.
Aunque el final de la narración
resulta un poco irreal no desmerece del resto del relato que nos sumerge en la
amputación de la libertad de sus cuatro mujeres protagonistas. Recomendamos su lectura, sobre todo
desde un punto de vista que podemos llamar documentalista, si se quiere
prescindir del drama novelesco.
Os dejamos el enlace al comentario del libro en el interesante blog África no es un país: https://elpais.com/elpais/2012/03/14/africa_no_es_un_pais/1331708329_133170.html
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