lunes, 4 de mayo de 2015

Obabakoak, de Bernardo Atxaga (1989). 
La lectura que comentaremos el próximo 7 de mayo ha sido galardonada con el Premio Euskadi, Premio de la Crítica, Prix Millepages, Premio Nacional de Narrativa, finalista en el International Dublin Literary Award, IMPAC y llevada al cine por Montxo Armendáriz. Obabakoak reúne las historias de los habitantes del territorio de Obaba: el profesor de geografía que recuerda su extraña relación amorosa con una chica que sólo conoce en sus cartas, la joven maestra que tiene que aprender a combatir la soledad a lo largo de un frío invierno, la relación de un canónigo con un niño perdido en el bosque, el escritor que da un giro a su vida cuando descubre un detalle asombroso en la ampliación de una vieja foto de la escuela... relatos que son en sí mismos pequeñas obras maestras y que recrean un mundo original poco común en la literatura española contemporánea. 
Escrita originalmente en euskera (Obabakoak, en euskera, significa "los de Obaba"), es el libro en esta lengua de mayor éxito internacional; la traducción al español es del propio Atxaga, que en este artículo, publicado con motivo del 25 aniversario de la publicación del libro español, recuerda los problemas que le supuso traducirlo.

Si queréis saber más sobre este autor podéis visitar su página web: http://www.atxaga.org/es/.

1 comentario:

  1. Antes de iniciar el debate de "El sueño eterno", creo que "Obabakoak" merece algún comentario. Espero que todos aquellos que se lo dejaron a medias y los que no llegaron a empezarlo le hayan dado una oportunidad porque pienso que el libro lo merece. No perdamos la perspectiva de que es un libro de cuentos y como tal puede permitirse narrar hechos inverosímiles alejados de la realidad en los que cabe la magia, lo sobrenatural, las coincidencias más insólitas... Atxaga nos conduce magistralmente por ese territorio imaginado que es el pueblo de Obaba, por un universo fantástico y muchas veces cercano a nuestras propias vivencias, con un estilo sencillo y sin artificios que nos incita a la lectura de otros cuentos que forman parte de la historia de la literatura (Chejov, Las mil y una noches, Guy de Maupassant...) Si bien en algún caso resulta farragosa la secuencia de la narración, merece la pena hacer un esfuerzo, tranquilamente, para acabar el libro.

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